Erase una vez una siesta que acunaba a un gato y a un hombre.
Una tarde lluviosa.
Un hogar destrozado.
El sonido del pendulo rozando la garganta sedienta.
Dulces pasos...
La ignorancia consciente del gato.
La rabia del amo.
La espera en silencio.
La libertad ansiada y
el regreso incierto.
Enviado hace 20 años 10 meses por Elxa.
- blog de Elxa
- Inicie sesión para comentar
Comentarios
Somos conscientes de un futuro cada vez más incierto, ¡es un mundo difícil!
Tal vez con cierta impotencia, pero siempre moviéndonos al libre albedrío.
σέφερ
no es eternamente,
pero es para siempre
que se joda el tiempo.