Vuelve a retumbar con fuerza la estridencia dentro de mi craneo.
Me pide desaparecer de mí. No sentir más lluvia.
Mis huesos chirrían bajo la presión de mi alma.
Hace siglos que vago por el bosque del desaliento.
Sí, no... Sí, no... Deshojar la margarita sobre el borde del abismo.
Desbordarme el impulso de correr, verme tan lejos.
Pero antes debo mirar una vez más lo que he creado...
¿Dónde ponerme a salvo de esta puta cabeza?
Enviado hace 16 años 8 meses por Gelouin.
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