Cuando entro en esas salas la vida se detiene porque todos nos vamos un poco.
Cuando entro en esas salas desaparezco del escenario de mi propia vida y me convierto en estupefacto espectador.
Cuando entro en esas salas cualquier acción me parece irrelevante, cualquier palabra me suena hipócrita, y en realidad ninguna de las miradas ya mira.
Cuando entro en esas salas camino muy despacio, como si fuese a despertar al que duerme para siempre.
Cuando entro...una parte de mi me abandona.
Enviado hace 13 años 2 meses por Helios.
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