Aquí os mando un caso real que me ha acontecido después de que me publicaran el relato "Me gusta follar en las mesas (cuento cambiante)" en la revista de alumnos ( si si de alumnos no de alumnas) de la UNED (universidad a distancia). Pues un alumno me abrió un foro que no tiene desperdicio, os mando toda la discusión entera y un enlace para verla sobre la revista, que vida que vida.
http://www.uned.es/revista-de-alumnos/foros/conspiracion.htm
LA CONSPIRACIÓN DEL SEXO
Argumento propuesto por Justo Mondelo d'Vega, alumno de ingeniería industrial, en Agosto de 2005, como una reflexión sobre el relato "Me gusta follar en las mesas (cuento cambiante)" publicado en la sección literaria.
Por qué siempre que alguien intenta comunicarse con los demás de una forma concreta, primero, habla del sexo con palabras que no hace mucho eran tabú, como follar, polla, etc. y segundo, con cierto tono contestatario con el fin de hacer colegas a nuestros interlocutores y a la vez partícipes de dicha orgía mental.
Recuerdo haber acudido a algunos mini cursos que se imparten en muchos sitios, e incluso a los normales del curso en un colegio o universidad, y el profe, el primer día, como mucho el segundo, entra a saco utilizando el gancho del sexo. Supongo que la mente humana tendrá algún que otro resorte para disparar tal capacidad de atención.
Se habla del sexo a personas desconocidas de forma dura con palabras parcas y con cierto tono contestatario y de reproche a fin de crear compatriotas de la actividad y pensamiento para nuestros fines manipulando a los demás (a veces con finalidades concretas y personales). Esto, aplicado a mentes medianamente inteligentes, no tendrá mucha repercusión, pero si pilla a alguien con problemas personales, en situaciones de la vida real concretas o débil de personalidad, ¿No le creará incluso un trauma que durará mas tiempo del debido motivado directamente por la decisión de no tomar la decisión de ir a un consultorio por temor a confesar pensamientos íntimos y generar comportamientos que pueden repercutir negativamente en su entorno y en su propia vida? Si no, díganme porque sólo un porcentaje pequeñísimo entra de esta forma en una reunión sea en internet, los primeros días de un curso (o del cole) para activar la atención.
El mecanismo funciona, sí... Los fundamentos también, nuestra existencia se debe a una relación sexual de nuestros padres sí, pero... ¿No hay otros mecanismos que disparen resortes en la conciencia, para captar la atención de los demás, sin tener que usar métodos que se amparan directamente en tabúes generados por la mala (yo diría pobre) educación de nuestros padres y abuelos en este sentido, motivados por la religión y otros problemas contemporáneos durante el transcurso de su vida? Que sepamos más cosas que ellos no quiere decir que seamos más inteligentes emocionalmente.
La libertad de expresión se podría cambiar por la libertad de expansión y crecimiento evolucionando a todos los niveles como personas incluida la educación sexual. Todo es agua pasada, crecer y evolucionar como personas no implica engancharse a viejos tabúes de nuestro padres y decirnos a nosotros mismos, esto del sexo es normal; pues claro que es normal, pero se debería de tomar por defecto.
Un ejemplo: Un alumno de la universidad no se examina del manejo de un ordenador (por defecto tiene que saber manejarlo), ni utiliza su PC para decir que es mas listo que los demás, todo el mundo sabe que es una herramienta de trabajo pero no nos hace más listos ni más inteligentes.
Somos el futuro del pasado y el pasado del futuro.
Una pregunta ¿No podemos ser más inteligentes? Solo es una reflexión. Démonos cuenta que usar el sexo nos permite la supervivencia de la especie y placer personal pero no nos hace más inteligentes
Justo Mondelo d'Vega, alumno de Ingeniería Industrial
» Yo creo que hablar de un tema que ha sido tabú en el pasado de forma exagerada denota cierta falta de personalidad. Es querer mostrar a no sé quién, que tú no pecas de "carca" porque no te salen los colores al hablar de sexo utilizando los adjetivos considerados más "fuertes", así que en una frase de cinco palabras metes tres "pollas" dos "follar" y te sientes como si de tan "moderno" aún no hubieras ni nacido. El sexo, como cualquier otra necesidad fisiológica, sucede de forma natural, y de forma natural se habrán de asimilar, porque digo yo que cuando respiras, comes, defecas... no vas anunciándolo por ahí presumiendo de ello, porque simplemente eso no te hace una persona más culta y actualizada. El sexo es un engranaje más de la máquina humana, y presumir de ello es demostrar que no lo has asimilado como algo "normal". Además, existen personas que por cualquier circunstancia quizás no tengan una vida sexual saneada y puede que suceda que se sientan humilladas en silencio. Es como si hablando con un calvo, presumes de tu gran melena. Septiembre de 2005.
» Creo que el usar esas palabras no tiene nada de extraño, además se han utilizado desde hace ya mucho, por lo menos que yo recuerde, cuatro generaciones atrás en mi familia. ¿Dónde está el problema? Si se usan es por que conseguimos algo al usarlas, si no no lo haríamos. Yo particularmente las utilizo cuando me enfado, y justo esas de contenido sexual las que más: joder, ¡a cascarla!,¡que te follen!, gilipollas, etc. son variadas y si las uso es porque sé que el otro se está haciendo una idea exacta del pedazo de cabreo que llevo; no sería lo mismo decir "caracoles" o "cáspita", ¿no crees?. Si un profesor usa el segundo día de clase un lenguaje sexual con sus alumnos, seguramente debe ser por que el primer día estos no le prestaban atención suficiente, tal vez sea esto. Creo que a lo largo de los tiempos estas palabras se han ido cargando de significado, y por haber estado mal vistas se utilizan ahora sin ningún tipo de apuro la mayoría de las veces. Personalmente a mí me gusta usarlas, y no me molesta nada escucharlas. Ahora sí, en el relato no he llegado a entender qué tiene que ver no follar en el suelo con la abuela del autor. Ver el sexo como algo "normal" no es incompatible con el usar ese lenguaje. Rous. Sociología. Septiembre de 2005.
» Pues al respeto de la abuela del narrador (el narrador no es necesariamente idéntico al autor) y la preferencia de follar en las mesas... Si lo pensamos bien, el narrador vive en una sociedad de la cual se siente ajeno por varias razones. Su historia familiar es una historia de violencia, muerte y pérdida material (de la casa de sus abuelos) y emocional (del abuelo). Esas memorias de pérdida y violencia, causadas por un grupo específico, no están acogidas por la memoria cultural o general de la sociedad; al contrario, un personaje estrechamente afiliado al grupo que perpetró la violencia contra la familia del narrador sigue ganando votos y por eso ocupa una posición de respeto y de poder social. Las memorias de la represión - memorias que las que no se puede hablar dentro de la sociedad (así se causa un trauma, ya que estábamos hablando de traumas) y que por eso permanecen excluidas, excluyendo de la sociedad hasta cierto punto al narrador cuya identidad se funda en su historia familiar - están traducidas por el narrador en su vida sexual. El lenguaje se rebela contra los que están haciendo un tabú del sexo, sobre todo el sexo por placer y no para la procreación. La preferencia de follar en las mesas se refiere a eso también, el sexo se convierte en una manera de vivir algo prohibido. Así, el narrador vive todas sus frustraciones dentro de su vida íntima, sin enfrentarse a la sociedad y el silencio que le causa sufrimiento. Al final esta manera de escapar del problema verdadero se vuelve hacia él mismo: Destruye el único objeto - cargado de memorias - que le queda de la abuela (la única persona con quien parece mantener una relación comunicativa, emocional; con sus parejas "follla", ni siquiera hace el amor) y de la vida que llevaba su familia antes de la violencia. Para mí es un cuento sobre varias formas de violencia y de cómo el individuo se enfrenta a ellos, o no se enfrenta. El cuento me parece muy bien escrito porque transmite muchos significados a través de su lenguaje, algo que muy pocos escritores logran con un cuento tan corto. ¡Felicidades al autor! (Y no al narrador, que es distinto, una creación, un personaje.) Septiembre de 2005.
» La respuesta a la pregunta que plantea el Sr. Justo Mondelo en el primer párrafo de su artículo tiene fácil respuesta: a poco que reflexionemos nos damos cuenta de que la búsqueda de la empatía del interlocutor mediante el empleo de expresiones coloquialmente transgresoras se produce precisamente por la necesidad que tiene el que emplea esas expresiones de verse comprendido en su "transgresión" por su interlocutor. Las personas que buscan de esta manera "asociar" a otras personas a su "transgresión" en realidad están únicamente deseosas de ver afirmada su decisión de "transgredir" sometiendo a pública aprobación su particular transgresión. Dicho sencillamente: una persona que emplea expresiones vulgares para crear empatía con otra lo único que busca es que la otra persona apruebe su transgresión. Desde luego, conmigo se quedaría bastante cortado. Javier. Derecho. Septiembre de 2005.
» Analizando la cuestión lingüística o socialmente, es posible que Justo esté en lo cierto: al abrirse nuevas expectativas de comunicación gracias a la libertad de expresión, no sería extraño que algunas personas de una edad que ya no es adolescente o juvenil sean traicionados por su propio subconsciente y expresen toda su parafernalia en una simple presentación. De lo que no sé si se han dado cuenta es de que hay otro tipo de personas que hacen lo mismo pero con el deporte, por poner un ejemplo: que si el Betis, el Madrid o el Barcelona (como si a todos-as nos encantase ese deporte y nos gastásemos todos lo cuartos en prensa deportiva y en canales de pago para tal deporte)... Y si alguno o alguna se siente desconectado, pues ya es el bicho raro y no "conecta" con el espíritu social y/o político del ser humano, con el grupo (el 'antisocial'). Ya dejando aparte el tema inicial en sí, ¿por qué no se establecen relaciones basadas en el tú a tú o en el "yo a ustedes"? La cuestión es empatizar con las personas de esa reunión, clase o lo que quiera que sea. En un ámbito más global, ese tipo de lenguaje cambia según la educación (principalmente), la región o país y si se vive en campo o ciudad. Hay mucha gente de campo, por ejemplo, que sigue conservando esos "temas tabúes" y que luego sólo vienen a expresarse en el folklore, las fiestas o en las reuniones íntimas. La gente de según qué campos no suelen soltar un "coño" así como así, ni tienden a relacionar a un conejo con un "conejo" de buenas a primeras (por poner otro ejemplo y sin ofender a nadie). Puedo dar fe de que es así. Si en su interior tienen deseos o pensamientos de esa índole y están reprimiéndolos es otra cuestión. Sin embargo, en algunas ciudades, donde los estereotipos cambian con una rapidez abismal, hasta yo mismo me quedo atónito ante lo que, sí, es natural y muchas veces sano expresar. Pero que te lo suelten en la consulta de un médico, en un taxi o en otro medio de transporte así por las buenas; o que un grupo de chavales exprese en grupo palabrotas (algunas muy originales y nuevas) entre sí o hacia una determinada persona insultándola sin piedad no me parece tan normal. Carlos F. Filología Inglesa. 26 de septiembre 2005.
» La palabra casi nunca hiere al que la dice, hace su efecto casi siempre en quien la recibe .... Hablar de sexo utilizando lo que fueron, que ya no lo son e incluso el propio tema en sí tampoco lo es, tabúes, no tiene porqué ser un defecto, algo malo, o acaso vulgar... salvo que los oídos a los que está dirigido el tema no estén preparados, no se encuentren formando parte de la escena, no les interese, o no les venga a cuento (como por ejemplo profesor o alumno en clase). El sexo se supone algo íntimo y raramente uno descubre como es realmente su comportamiento en él. Cuando hablamos del sexo lo hacemos en los términos en que quien nos escucha los reciba y nos admire, o nos envidie, o lo que sea, pero lo último es que nos comprenda... salvo excepciones. Suárez, T. Social. 26 de septiembre 2005.
» Querid@s compañer@s que os habéis molestado con el inaceptable vocabulario utilizado en el cuento "me gusta follar en las mesas (cuento cambiante)". Después de leer las críticas he decidido, como un buen compañero, poner fin a este obsceno e inadecuado uso de vocabulario, y a tal fin, en calidad de autor he hablado con el protagonista del relato. A continuación os describo fielmente la conversación. Le encontré desnudo en su habitación y me sentí un poco violento, lo reconozco, al menos se podía haber vestido para hablar conmigo, que como autor, como creador de él supongo respeto. Pero ya veis su extraña forma de pensar, y su forma de hablar tan obscena, sobre la cual yo siempre he estado en contra. Hasta el uso de "joder" que sustituye a tantas palabras y que para mí es una pérdida de poder expresivo. Pero ahí estaba, desnudo en la cama, con cara soñolienta y de su aliento supuse que había bebido anoche algo más de una cerveza, además no había recogido aún los trozos de la mesita rota, que estaban esparcidos por la habitación. -¿Qué vienes a marear por la mañana, no ves que estoy jodidísimo?. -Mira- le respondí francamente- has creado mucho malestar a algunos compañer@s de la UNED con el vocabulario que utilizaste en el cuento y me gustaría pedirles disculpas, pero claro, yo soy el autor, en ningún momento utilizaría tu soez vocabulario en mi forma de hablar, así que vas a tener que hacer algo... -Pero qué dices tarao...-me respondió abriendo los ojos como platos-, pues si no les gusta que se jodan, que se vayan a leer caperucita roja... -!Ten cuidado con lo que dices!, y no lo hagas peor. La cosa está así, varios me están acusando de utilizar un vocabulario... -¿Qué?, que forma de joderme la mañana, a ver, déjame chequear la pagina web....¡¡hala!! pero si han abierto un debate sobre el cuento, que caña!!. De qué te quejas, si te van a hacer famoso, jua jua, después de esto vas a ser el puto Dostoievski, jua jua -No digas tonterías, Lee los comentarios y dime... -¿A ver? ¡¡Puah!! qué pasada. Pero, ¿son universitarios? -Creo que sí. -Mira tío, yo deje la universidad a los seis meses, cuando conocí a María, que por cierto ya ves las bufas que tenía, bueno, lo que te digo es que al menos siempre he sabido distinguir entre el autor y el protagonista, joer, eso es de parvulitos. -¡Cállate, vale! Lo estas haciendo peor, lo único que te pido es que le pidas disculpas a quien hayas ofendido con tu forma de hablar... -¡Mira este!, hay uno al que le ha gustado, y mira qué bien escribe, ¡si distingue entre autor y protagonista! seguro que es uno de tus profesores, jua jua, joer, gracias a mí vas a sacar una matricula de honor en literatura!! Ole ole, qué suerte -¡Por favor! no me metas en más líos... -Pero lee esto, si hoy en día a nadie sorprende eso de follar y demás ¿por qué han abierto este debate? y mira esta frase que no viene a nada: "somos el futuro del pasado y el pasado del futuro", yo añadiría "y para ser el pasado del futuro tienes que utilizar el pirulo", jua jua jua. -¡Mira!, deja de leer y decir estupideces y mírame. Ahora mismo vas a pedir disculpas. -Ni de coña-, dijo mirándome desafiante. -No quería llegar a esto, pero soy tu autor, entiendes, puedo hacer de ti lo que quiera, pide disculpas. -Jua jua jua, - rió -puedes hacerlo en el futuro pero no en el pasado, bobo, ya me creaste, soy el protagonista del cuento y mientras exista el cuento existiré allí así, diciendo lo que quiera, haciendo lo que quiera. Y ¿de qué te quejas?, dije "masturbarme" cuando pude decir hacerme una paja, o machacármela, eso sí que ha sido tener tacto... -Ya valió... -Además, haber utilizado un cura o una monja. -Ya sabes que eso era imposible, que los curas y las monjas apoyaron al régimen, no me valían para la parte política. -Vale, lo que quieras, pero mira, me la pelan los comentarios y todo este rollo que me estás contando, ayer tuve una mala noche y si me dejas dormir pues te lo agradezco y sino que te jodan. Así acabó la discusión. Os prometo que este personaje no va a salir en más cuentos míos, y para asegurar que no salga en otros voy a hacer que la bebida que tomó anoche estaviera adulterada y va a acabar una semana en el hospital cuidado por una enfermera muy bruta y fea y se va a quedar mudo, jamás volverá a decir una palabra soez en su vida. Y ya que él no lo ha hecho yo me disculpo, os prometo como autor que no voy a volver a crear un personaje que utilice este tipo de palabras malsonantes que tanto han ofendido a algunos; ahora bien, tengo a un "masturbador compulsivo" en medio de una historia que culpa de ese mal a la falta de educación sexual que tuvo en su juventud, pero, si en algún momento dice "follar" o algo así, en consideración por mis compañer@s y para que no me culpen a mí del vocabulario de los personajes le borro antes de acabar el cuento, ¡¡prometido!!. Un saludo, Javier Reyero (autor arrepentido de un cuento inmoral). 23 de octubre de 2005.
» ¡¡¡NO LO HAGAS¡¡¡ Rous. 6 de noviembre de 2005.
» Quisiera tener una profesora así... 2 de diciembre de 2005.
» De Justo Mondelo d'Vega. En lo que a mí respecta, no me siento ofendido. Sólo me queda decir que reconociendo las debilidades, se fortalece el intelecto. Felices Fiestas y un buen año de exámenes. 19 de diciembre de 2005.
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