Mi cuerpo tiene las fronteras que te digan mis ojos.
Mi palabra solo tiene la frontera de los sordos.
Para entrar en mi cama no pido pasaporte o amor. Da lo mismo tu color, religión (mientras no sea mi religión), tamaño o sexo (mientras quieras mucho), tu forma de gozar y hacerme gozar y tus caricias...
Solo importa que te vayas cuando yo te diga, que me dejes la aurora.
Mi mente no tiene fronteras
mi deseo no tiene fronteras
mi placer no tiene fronteras
Mis fronteras son las que te digan mis ojos.
Enviado hace 17 años 6 meses por Javi.
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