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Nunca creí que se me haría tan largo… Nunca, lo juro. Si en algún momento lo pensé, al instante siguiente ya no quise hacerle caso. Porque los horizontes son hermosos sólo cuando están llenos de cielos morados y sueños naranjas… Si no mejor no mirarlos. No nos vaya a cegar la tumbada luz del ocaso.

Cada día basta. Las distancias cortas, los pasos contados…

Caminar. Sólo un pie detrás de otro. Aunque sea despacio.

“Starting over” (¡menudo regalo!).

Y mañana otra vez. Y mañana de mañana…..oO

10

Cae el día y, lo que la luz oculta, con las sombras despierta y se revuelve. ¿Será esta noche? ¿Mañana...? Quizás nunca. O para siempre... ¿Alguien lo sabe? Si alguna vez he vuelto a ser pequeña es hoy. Apenas nada atrás y todo un mundo por delante. Y la sorpresa en la mirada. Pero sin manos, ya no encuentro aquellas que en volandas me llevaban. Y yo tropezando, arrastrando los pies.

Arena y sal. El horizonte. Los dedos enredados en el vaivén de las olas y el viento insistiendo, queriendo hacerse oír. Sólo que no me gusta lo que dice, no quiero escucharlo. Tampoco verlo. ¿Quién.....oO


Me lo he propuesto, sí.
Soltarte.
¡Tantas veces!

Pero siempre
acabo por desdecirme,
me retracto,
sucumbo.

Porque no quiero.
No quiero soltarte la mano.

Aunque ya apenas pueda verte,
ni tú me mires,
ni se te escuche...

Mientras,
sigo agarrando fuerte.
Creyéndote
todavía ahí
sólo
porque yo no te suelto...

Mas,
como el agua,
te me vas
entre los dedos...oO


Ahora que apenas ando
más lejos que nunca llego,
ahora que apenas sueño
y hasta me burlo de mí.

Ahora que me levanto
y ahogo mis recuerdos
ya nunca escribo notas
que no me hagan reír.

Y es sin embargo ahora,
cuando ya sólo vivo,
que siento que aún arrastro
lo que no quiero escuchar.

Es el poso que deja
el sabor de tu ausencia,
las luces apagadas
y el silencio que vendrá...oO