Sé que estás ahí
aunque no siempre te muestres,
que sonríes cuando me piensas
y esperas mis pasos...
Siento que me miras,
casi sin querer,
en la noche,
desde lejos.
Que no soy nada y soy risa,
o una pizca de jengibre
quizás...
Y pareces hablarme sin hablar,
llenando de caricias el aire.
Susurros que sospecho nacen
no sólo de tus manos.
También de aquel abril,
su olvido
y esta distancia...
O tal vez me equivoque;
tampoco importa.
Mientras yo,
sorprendida,
voy poco a poco
desperezándome...
Y me divierte.
Sin preocuparme
qué quiero,
qué siento
ni soy.
Pero al menos escribo.
Gracias,
por venir a desencallar
las entumecidas puntas de mis dedos.
Enviado hace 5 años 8 meses por Gelouin.
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