Allí por Tarragona en Avinguda de Ramón y Cajal, camina un hombre cabizbajo, arrastrando los pasos en una tarde que huele ya a otoño. Se acerca otro hombre con triste semblante.
-He oído lo de tu hija, lo siento muchísimo. ¿Quieres que te acompañe?. No te vi salir del tanatorio…
-Ya... Quién lo diría eh, toda la vida trabajando en el puerto para que mis hijas fuesen algo, que pudiesen estudiar. Y mírala, número uno de la facultad, con un master y varios idiomas que solo le valieron para trabajar en un bar de Londres, porque aquí no había más que miseria. Es lo que nos han dejado estos corruptos, miseria, después de robarlo todo a paladas, miseria de país, miseria de justicia. Jueces a dedo que no juzgan nada de algunos. Fiscales vendidos. Miseria de país. Y mírala, cuando empezaba a irle mejor fuera, se volvió por su madre, que en paz descanse, cuando no podía casi andar y yo ya no podía con ella, y nos quitaron la ayuda, luego la otra ayuda, y de ahí a esto…
-Ya, terrible.. como lo del hospital, terrible eh. Recortes, recortes y ya no funciona ni urgencias, cuantas horas estuvo hasta que la asistieron.
-De más, de más,- dice con odio,- por eso está muerta.
-Todos los médicos están ahora en el privado, ya he oído lo mismo más veces…lo siento.
-Yo también lo siento, miseria, es lo que les vamos a dejar a nuestros hijos. Nos hemos dejado robar y esa es nuestra culpa, y ellos lo van a pagar, nos hemos callado, mirado al suelo. Tendríamos que haber luchado. Nos han saqueado, mentido, y nos hemos callado. Ahora me doy vergüenza, asustado por una migajas de pensión que hasta eso estan robando. Robado todo van a por las migajas ahora. Deberíamos al menos haber luchado por nuestros hijos… Consiguió un trabajo de profesora cuando volvió, uno mal pagado, y hasta de ahí la echaron cuando concertaron el colegio, con nuestro dinero y metieron amiguitos a dedo. A dedo, como todo en este país, a dedo y si te quejas a puño, todo funciona así. La recuerdas tan viva, tan fuerte y mira esto es lo único que queda de ella, aquí esta, -dice llorando – en esta urna.
En esto se oyen sirenas, un helicóptero aparece sobre ellos, del que saltan varios policías en cuerdas con metralletas y pasamontañas, un carro blindado al fondo, la guardia civil las rodea con sus coches, las sirenas producen un sonido terrible y amenazador, llegan motos, coches de la secreta, se bajan y les apuntan con sus armas. La calle se vacía, asustado suelta la urna que se rompe mientras las cenizas se desparraman por el suelo y un viento gélido se las lleva lejos.
El helicóptero sigue sobrevolando sobre ellos. Desde los altavoces se oye resonando en toda la calle:
-La urna, entreguen ahora mismo esa urna sin ofrecer resistencia…
- blog de Javi
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