Entendió que con ceros y unos se pueden crear maravillosos universos virtuales. Pero ni se pudo imaginar lo que se podría crear con un alfabeto entero.
Mas lo estaba viendo. Las letras, las palabras, ya no son sólo letras o palabras. Son líneas de código que modifican el programa en el que corre este universo nuestro. Las frases, los nombres de la gente, de los niños, de los pueblos, de los sitios, escritas, leídas, pintadas, cantadas.
Supo que No, no se las lleva el viento, pues a donde podría llevarlas...
Supo que se quedan, para siempre, no se sabe muy bien donde, pero aquí están, una y otra vez modificando el programa del universo.
Entonces habló: - Ni te imaginas el poder que tienes, yo no lo he sabido hasta hace bien poco, y abrumado por el peso de tal responsabilidad decidí guardar silencio.
Y me contó la historia de aquel místico sabio, al que pidieron que escribiera algo, y contestó: Cuando hablo siento como cada palabra pronunciada hace hervir y reverberar el agua en el mar, ¿cómo podría entonces escribir...?
Era una historia curiosa, extraña, pero él la creía.
Y quiso quedarse así, en silencio, pero como no era ni místico, ni sabio; no pudo, o quizás por esa maldición o don que le persigue. Y como máximo pudo posponerlo por un tiempo, pero cuando salió a la calle las palabras le esperaban ya sentadas en la escalera, y tenía que pasar con cuidado para no pisarlas, y le miran , y a veces le preguntaban, ¿tampoco nos vas a escribir hoy? No tampoco. Pero esta noche se las encuentra a todas metidas en su cama, y aunque hay cosas que no puede contar en este cuento, me dijo que finalmente llegaron a un acuerdo. Y aquí está, y eso es todo el secreto, y cuando suba este texto , que no es tal, sino fragmentos de código, espera de verdad no romperlo, y si peta pues petó. Porque si bien intuye que es cierto, no sabe todavía muy bien como funciona todo esto, se le ocurre que puede tener que ver con el bucle infinito del tiempo, pero no le preguntéis que es tampoco , porque no lo sabe. Lo único que ha sacado en claro de todo esto, - me ha dicho - es que cuando tiene que elegir palabras , se para a pensar y trata de elegir las palabras más amables, o bien cederlas.
Y antes de irse me preguntó - ¿tú eras programador, verdad?
- ¿Yo ? , que va le contesté, a veces escribo, no se... cosas, mayormente tonterías.
- Pues ahora ya lo eres - dijo. Y me dejó con este código. Y se marchó.
¿Y ahora que se supone que debo hacer yo con esto?
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