XXIII
Una mañana torcida, de esas en las que todo sale mal. Los autobuses pasan llenos y no paran, Justiniano recuerda que ha olvidado su paraguas justo cuando las primeras gotas empiezan a caer. No es que el imbecil del coche blanco , lo haya hecho a proposito cuando paso demasiado cerca sobre el agua que corre calle abajo ,pero eso no importa , para que sean las ocho y media de la mañana y tenga ya empapados los pantalones , los zapatos y la cara. Por supesto el pañuelo en casa, junto al paraguas. Y cuando a punto estaba de pensar el topico de solo a mi me pasan estas cosas, la lluvia finalmente para . Cierra los ojos y piensa , no es tan malo al fin y al cabo ,cuando el primer rayo de sol acaricia sus pestañas, y luego , un poco despues al oir la voz que dice:
- Pareces un angel , finalmente te he encontrado.
- Es a mi ? - dice sin querer todavia abrir los ojos, - y piensa - vaya osea que todo es un sueño - pero espera - no puede serlo , retrocede.
( esta mañana el cafe se salio de la cafetera, lo recuerdo. el agua de la ducha estaba demasiado fria - lo recuerdo, me vesti, mire el reloj, sali corriendo, pasaron dos autobuses llenos, se puso a llover, - lo recuerdo, luego el idiota ese del coche , lo recuerdo... vamos que no puede ser un sueño). Y ademas estan las fotos !.