La abuela María rebuscaba sin esperanzas lentamente por toda la casa. Cansada de vivir o de ver malvivir a los que amaba arrastró luego sus pies al mercado, contó las monedas que había conseguido y miró esperanzada de puesto en puesto. Recorrido entero el mercado, se acercó finalmente a uno de los puestos y pidió medio kilo de papas, "sí, de esas, de las más baratas", "tres pesitos y cincuenta centavos", contó de nuevo el dinero, "disculpe me quedan tres pesos, quiteme alguna", el hombre le miró a los ojos sin expresión, en algún lugar sus ojos eran comunes "no importa", y le tendió la bolsa. Cuando María se alejaba el hombre le dijo, "espere" y le dió dos cebollas y una papa más...oO