Estando de paseo en la feria, en Westerpark. Despues de disparar a los dedos y ganar un peluche, otro peluche y ver a mi churri dar vueltas en uno de esos aparatos horribles, que además pagas. Y temiendo que la leche materna de sus tetas se vuelva yogurth y drama en la cena de bebes.
Antes unas cervezas en casa; de las marrones, pesadas y lentas. Con la primera cerveza la historia de mi amigo sobre sus últimas vacaciones en Tanzania. El safari, los massais, el mapa de google, el vuelo a Zanzibar, las playas de blanca arena, los baños con los delfines. Con la segunda mis historias de pañales cacas, agu agus y noches rotas... y papilla y biberones...
Ahora el amigo que acompaña y empuja el carrito. Doble, doble pesado. Que empieza a llevarlo como de broma y despues de media hora se da cuenta que nos vamos a hacer los longuis y le va a tocar empujar toa la joia feria.
Me meo, entro en La Pacific. Un gran local antiguo de buenas fiestas y desfase nocturnos y rica comida y familias diurnas. Entro al servicio casi corriendo; tienen un meadero de esos que son como abrevaderos, de dos metros, y comienzo a orinar. Pfff Que gusto
Detras de mi hay un hombre, grande calvo y feo, lavandose las manos.
De repente entra una niña como de tres o cuatro. Pintada la cara como una india y sonriente se asoma desde la esquina del abrevadero, de puntillas y se me queda mirando fijamente al pirulo.
Yo no se que hacer. El hombre comienza a reir. Entonces la niña pregunta en holandes:
-¨¿Y tu como te llamas?¨
-Javi.
Se queda pensativa
-¿Y eres un niño o una niña?
-Un niño
-Ahh- dice sorprendida y en un adios se va.
Me quedo ahi pirulo en mano acabando de mear.
El hombre calvo suelta una carcaja.. y sale del servicio llorando de risa. Yo tambien rio y vuelvo con los mios a la feria, sonriente con una nueva historia que contar sin moraleja