…Nunca había troceado una lombarda hasta ayer. Estuve mirándola como un idiota, boquiabierto y babeando. Me pareció preciosa. Fue un flechazo.
…Ayer me troceó un hombre y se me quedó mirando un buen rato. Nunca me habían mirado tan fijamente. A través de sus ojos puede ver el interior de su cabeza. Era fascinante. Deseé ser su cerebro.
…Sentí un impulso irrefrenable por hacerla mía. Pero no quería comerla y que mi quimo y mi quilo degirieran esas curvas tan perfectas.
…Tenía que meterme en su cabeza. Pero… ¿cómo? Sólo podía pensar en su cerebro. Cerebro, cerebro, cerebro…
…Y empecé a pensar en cómo meterla en mi cabeza y mandar mi feo cerebro a hacer calceta. Sólo podía pensar en ella: lombarda, lombarda, lombarda…
—cerebro—lombarda—cerebro—-lombarda—–cerebro—–lombarda—-
…Y de pronto… ¡¡¡PLIN!!! La lombarda que tenía delante de mi se convirtió en cerebro. Me encontré troceando un cerebro y mi cabeza la sentía más morada.
…Y de pronto…¡¡¡PLIN!!! Consigo teletransportarme y sustituir su cerebro por mi misma. Mmm, aquí se está mejor que en la huerta…
En vez de lombarda hice sesos encebollados. Me quedaron riquísimos.
- blog de Nagual
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Comentarios
Guau!!
Lo que más me alucina es como teniendo lombarda por cerebro, tengas ideas tan geniales!
Me encanta.
Pero de los sesos paso...