Decadencia venera las enfermedades venéreas. Desde su privilegiado lugar permite copular a la vejez con dríadas enramadas en fastuosos díus. La poya de los árboles singulariza los mástodónticos clítoris de la fauna del pantano.
Decadencia pasea todas las mañanas con su gran bolso rojo carente de sueños. Decadencia vive cómoda, devora palomitas, se embebe de rutina, se aglutina y hace pajas al bonsai de la vecina.
No le quedan amigos. Se los folló a todos. Ahora Decadencia se opera verrugas.
Se empeña en hacer ramos de amapolas. Colecciona bolsas del DÍA. Chupa las latas de bonito hasta que eyaculan.
Decadencia caga rancio.
Enviado hace 17 años 5 meses por Nagual.
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