Libros mariposa

La semana pasada hice un móvil con elementos del bosque: bellotas, hojas, ramas, cardos, plumas de un milano real que me encontré hace tiempo e incluso un nido que apareció tirado en el suelo. Lo colgué en el estudio, para tener más cerca el campo. Desde entonces están ocurriendo cosas extrañas en esta habitación.

Por la noche, cuando apago la luz y me meto en la cama empiezo a oir suaves aleteos y por la mañana, aparecen todos los libros de las estanterías cambiados de sitio. Estas cosas al principio me daban miedo, pero con la costumbre ya no impresionan, así que traté de averiguar qué ocurría. Supuse que habría un espíritu alado que tal vez vino con el nido, por lo que una noche me quedé escondido bajo la mesa para intentar sorprenderlo. Pero nada ocurrió.

A la noche siguiente volvieron los ruidos. Me levanté despacito y justo antes de abrir la puerta del estudio, cesaron los sonidos, y al abrirla ya nada ocurría. Salvo que los libros se habían vuelto a cambiar de sitio.

Así que viendo lo poco que le gustaba mi presencia a aquello que estuviera ocurriendo, decidí recurrir a artes más sofisticadas. Bajé a la tienda de Carolo, el encantador, para pedirle que me convirtiera en bolígrafo por una noche. Subí con el encantamiento, y tras apagar la luz, lo recité y convertido en boli quedé. De esta forma esperaba no ser descubierto.

Y así ocurrió. Al poco tiempo de transformarme empezó a surgir un resplandor de los lomos de los libros. Muy despacito se fueron moviendo hacia el abismo de la estantería, para sorprendentemente quedar suspendidos en el aire. Suavemente, los de tapas flexibles las agitaban vibrantemente y los de tapas duras planeaban reposadamente, tras leves aleteos. Describían círculos alrededor del móvil, volando sin parar, fulgurando en la oscuridad. Fue muy hermoso.

Tan hermoso que al día siguiente, pasado el efecto del hechizo, bajé otra vez a la tienda, para comprar uno permanente de libro -¿Estás seguro de que lo quieres permanente?-me dijo Carolo -Sí, amigo, permanente.

Me transformé en libro y desde entonces bailo todas las noches alrededor del móvil con mis hermanos.

¡Me encanta ser libro volador luminoso!


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