Me olvido de lo importante. Pasear sin rumbo, eligiendo en cada esquina, llegando a donde tu cuerpo te quiere llevar.
No esperar a que llegue, buscarla entre las sombras. Buscar sin buscar. Disfrutando en cada momento de esa búsqueda.
Sentir a la soledad como tu mejor aliada, perseguir miradas que se escapan, coleccionar calendiarios de otros tiempos, calendarios para ser quemados.
Sentir cada respiración como la única, como aquella primera bocanada de aire que nos hizo llorar cuando nacimos. Qúe dramático momento. Olvido el dramatismo.
Olvido la muerte, cuando la tenemos siempre detrás de nosotros, a nuestra izquierda. Llega a ser una gran compañera.
Me gusta perseguir pájaros en el cielo, subido en mi nevera hago piruetas en pos de los halcones.
Me gusta deslizarme en las alcantarillas y cultivar recortes de revistas.
Me gusta desvestir el alma de la gente y quemarla en la hoguera. Compartir el fuego de los mártires, sentir el dolor atroz que anida entre tinieblas.
Cuando vuelvo del colegio le echo un polvo a la vecina, tiene cuarenta. Yo doce. Pervierte mi infancia de lejanas ilusiones, apaga el futuro. La anacronía me lleva al olvido. El olvido a la nada. Y la nada es plenitud.
- blog de Nagual
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Comentarios
Buscar sin esperar, ¡elegir! Ausencia como compañera de viaje.
La respiración de un mundo como acabado de nacer.
No son pájaros sino cóndores de las cimas que se deslizan cuando les miente la vida: es tan doloroso ser libre, pero tan reconfortante.
Polvo del espacio, juguete de lejanas nebulosas,....partícula despreciable pero ¡firme!
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