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Observo la aguja del reloj. Sé que ha ido hacia atrás cuando nadie lo miraba; ahora se siente observado y realiza su labor correctamente, aun así espera al último momento para saltar al segundo siguiente; es tiempo y es cadencia. Pero no me atrevo aun a pensar que sea tiempo de cadencia.
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El pequeño llega con sus bártulos. Algún hijo de puta me ha denunciado. Ahora estoy detenido. Le arrastro al baño y lavo su boca con jabón. – déjame, déjame – No puedes hablar así con tan solo once años, pero no estoy realmente convencido ¿ sólo once años ? A veces son todos los años de que disponemos. ¿ sólo once años ?
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Apenas llega al alfeizar de la ventana, estamos los tres mirando a la calle, el niño está en medio; el sol corre por el cielo a esconderse.
¿ no es hermosa nuestra cárcel ? - es una puta mierda, es una puta mierda – comienza a gritar el niño. Le arrastro al baño de nuevo sabiendo que mis técnicas son inútiles.
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Me habla de un jardín de infancia. Me habla de niños de colores, y entiende que a el no le enseñaban , le abonaban, y entiende que el no creció que lo arrancaron. No crecen al sol; y lo tenemos. Nuestros hijos no crecen al sol; pero poco importa, porque todo importa poco.
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La mujer y yo le dimos cariño; le hemos acariciado tanto que ha amanecido convertido en gato. Maúlla con nuestros achuchones; de tanto quererle se hizo gato. Y es feliz brincando por las cortinas y destrozando los sillones; es feliz más que de niño. ¿ Y no seremos unos para otros animales de compañía ?
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Y vamos los tres de compras al hipermercado. Todos son amables y sonrientes ¡ Qué amables con nuestro gato! Hemos llenado el carro de comida para gatos. Debemos compartirlo todo; debemos adaptarnos a los tiempos, padres responsables que piensan en su criatura. La mujer y yo le queremos. Y ahora, por fin, somos una familia.
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La mujer me mira. ¡ Has dejado abierta la nevera y nos hemos enfriado! Antes le decía cariño y amor. Ahora le digo la mujer, ¿ Cuándo comenzó este extraño extrañamiento?
Mujer, le digo; marcho a buscar a dios. ¿ Cuándo te preocuparás de las cosas importantes?, responde. Marcho a buscar a dios - le digo.