Me persiguen siete monos, siete. Que de ser menos quizá no me habría dado cuenta, o de ser mas silencioso mas sigilosos mas suyos. Pero son monos, con naturaleza de mono, que hacen el mono cuando no saben que hacer.
Me persiguen constantemente, concienzudamente, velozmente, cabezudos y peludos sin dudar y sin parar.
Uno tras una esquino, a veces otro saltando de tejado en tejado, otro detrás de mi espalda se vuelve cuando me giro. Otro, el cual llevaba una temporada sin ver, apareció a media noche con un helado de vainilla y de limón, creo que de fresa también y otros dos se acercaron a el y se lo robaron para comerlo luego sobre una farola.
Me persiguen siete monos y no se por qué. A veces no están, o veo una sombra que se aleja dando saltos de rama en rama. A veces se hacen tan presentes que temo pisar a alguno al caminar. No lo temo, he de decir la verdad, temo mas las ganas que tengo de pisarlos. Me gustaría que se fuesen ,que me dejasen en paz, y a medida que esta sensación crece en mi cabeza mas osados se tornan, mas impertinentes, hasta uno bailo una polca en mi sombrero. Que nunca llevo, pero bueno.
Lo comento con un amigo. El me pregunta:
-Pero monos monos?... Quiero decir con una larga cola, peludos, sabes, con cara de mono?
-Si, monos monos, como el de Tarzan...
-Chimpancés entonces.- Dice mi amigo orgulloso. Orgulloso me cuenta las diferencias, los tipos, las clases, los tamaños, los colores, la alimentación y hábitos sociales, vida sexual, enfermedades y cuando ya yo bostezo sin disimulo me miro aun con resto de orgullo en los ojos y dice:
-La gente piensa en monos así, igual en un chimpancé que en un gorila, que desastre no crees?
Yo que pensaba que un desastre era tener a siete monos haciendo el mono a cada día a tus espaldas tengo que repetirme a mi mismo su ultima pregunta, buscar una respuesta que no le de pie a seguir y como no, hacer como que no veo a uno de los monos que tapandose la boca a su espalda y juraría que para no reírse, bueno, chimpancé quiero decir.
-Si, si que si. Bueno, hasta la próxima
Marchamos los siete monos, perdón chimpancés y yo a la carrera ya que yo no puedo saltar de árbol en árbol como ellos.
Tampoco había tantos, en aquella ciudad, tantos arboles. Eso pensé de camino al psiquiatra. Pensé en los arboles y en los chimpancés y en todo lo que había leído en internet sobre ellos. Mi esperanza de que la perseverancia y paciencia ganase me llevo a una desilusión al saber que vivían sobre 40 años, 40 años!, y aquellos eran jovencitos o parecían, y no fumaban ni bebían.
Decidido , paso firme, convencido y con estos pensamientos me senté en la sala de espera de la consulta.
Al cavo de un rato una enfermera entro en la sala.
-El de los cinco monos, que pase.
-Siete...
-Ya, ya, el de los siente monos que pase.
-Pero son chimpancés señorita
-Señora
-Señora
Entre sonrojado, los monos saltaban alocados y reían, hacían hmm hmm o algo así. La psiquiatra se puso de pie con cara seria y mirada fría diciendo.
-Pero que hace con esos monos aquí?
-Chimpancés, son chimpancés
-Monos chimpancés jirafas lo que sea!! esto es una consulta, aquí no pueden entrar animales, que se ha creído, que esto es un zoológico.
-De eso precisamente venia a hablar, me persiguen siete chimpancés.
-Y a mi que me cuenta?- grito ahora-vaya a una clínica veterinaria...
-Es que yo creo que son imaginarios y...
-Agarre su mono imaginario que me va a romper la lampara y ahí esta la puerta...Señalo su dedo rígido
-Pero, es que , pero...
-Fuera. Fuera!, si quiere volver sin esos estúpidos monos hágalo, pero ahora váyase. Ahora mismo!!
-Pero lo que yo quiero es librarme de ellos, sino no vendría...
-Que se largueeeeeeeeee
Salimos corriendo, o salí, o salieron porque cuando yo salí ya no estaban allí haciendo el mono. Con paso de cabreo y cara rápida, perdón, con paso rápido y cara de cabreo me dirigí al zoológico, esto era demasiado, demasiado.
-Cuantas entradas desea?
-No, no quiero entrar traigo aquí siete chimpancés para el zoológico
El taquillero mira sorprendido
-Chimpancés?. Que chimpancés?
-Pues estos, eh, donde estáis ahora...
-Señor se encuentra bien.
-Me encuentro perfectamente. Se han escondido otra vez. Eh, chimpancés, donde andáis?. Siempre están...
-Señor, se encuentra bien, disculpe pero hay mas gente en la fila.
-Que si, le digo que si, un momento tienen que estar por aquí...
Abro los ojos en la cárcel con uno de los chimpancés haciéndome cosquillas en el cuello con una pajita. Los otros seis sentados en frente de mi se ríen ahora sin disimulo. El policía se acerca y dice -Su mujer le espera , la visita es de veinte minutos.
Entro y nos desnudamos rápido, sin muchas palabras. Le sienta tan bien la cárcel, esta igualita que cuando la conocí pero con un brillo de deseo en los ojos que nunca le había visto antes de que la encarcelasen. Los bis a bis han sido lo mejor en nuestra relación en los últimos diez anos.
Salgo sonriente y cansado. El guardia me guiña un ojo. Camino por la calle desierta, el sol ya se pone. Me vuelvo y les hago un corte de manga a los monos que están a lo lejos, inmóviles Uno me imita pero sin tanta pasión, desganado.
Camino unos minutos y me vuelvo. Los monos se han perdido en la distancia. A lo lejos. No se ven ni siquiera sus sombras. Ni les oigo, ni les siento.
Ni les temo.
- blog de Javi
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Comentarios
Hola!!!!!!!!!!!!!!!
Adoro los monos y leer tus lineas es extraordinario!!! en verdad plasmaste las caracteristicas de ellos, su astusia, su locura, su fascinación por perseguir y atrapar, esa capacidad de burlarse hasta de sí mimos!
Felicidades es un texto muy divertido que me ha hecho sonreír solo de pensar en que me persiguieran siete... con uno basta!!
Saludos!!
Ara